Científicos recogieron las muestras desde un avión a reacción y analizaron el ADN con nuevas técnicas. La mayoría son bacterias y pueden tener influencia sobre el clima
Bacterias de una muestra tomada en la troposfera |
Los microorganismos fueron documentados en muestras de aire tomadas como parte de un programa de la NASA denominado GRIP (Genesis and Rapid Intensification Processes) para estudiar las masas de aire en bajas y altas altitudes asociadas con las tormentas tropicales. El muestreo se realizó desde un avión DC-8 sobre la tierra y el océano, incluidos el Mar Caribe y partes del Océano Atlántico, antes, durante y después de dos grandes huracanes tropicales -Earl y Karl- en 2010.
«No esperábamos encontrar tantos microorganismos en la troposfera, que se considera un entorno difícil para la vida», reconoce Kostas Konstantinidis, profesor asistente en la Escuela de Ingeniería Civil y Ambiental en el Instituto de Tecnología de Georgia. «Parece que hay una gran diversidad de especies». Los microorganismos fueron recogidos del aire exterior desde la aeronave con un filtro de partículas y sus genes fueron secuenciados.
Cuando las masas de aire estudiadas se originaban en el océano, el muestreo encontraba bacterias en su mayoría marinas. Las masas de aire originadas en tierra tenían sobre todo bacterias terrestres. Los investigadores también vieron fuertes evidencias de que los huracanes tuvieron un impacto significativo en la distribución de las poblaciones de microorganismos. En total, detectaron 17 taxones distintos de bacterias, incluyendo algunos que son capaces de metabolizar los compuestos de carbono en la atmósfera, como el ácido oxálico.
Si los microorganismos habitan habitualmente en esta parte de la atmósfera -tal vez viviendo en compuestos de carbono que también se han encontrado allí- o si fueron simplemente enviados hasta ese lugar desde la superficie de la Tierra, igual que llegan hasta el cielo el polvo o la sal marina, todavía no está claro.
Impacto en el clima
Los microorganismos podrían tener un impacto previamente no identificado en la formación de nubes, ya que podrían ser un complemento de las partículas que normalmente sirven como núcleos para la formación de cristales de hielo. «Ante la ausencia de polvo u otros materiales que puedan ofrecer un buen núcleo para la formación de hielo, tener un pequeño número de estos microorganismos alrededor podría facilitar la formación de hielo en estas altitudes y atraer la humedad circundante», afirma Athanasios Nenes, investigador de Ciencias Atmosféricas. Además, el transporte a larga distancia de las bacterias puede ser importante para conocer cómo se transmiten algunas enfermedades.
Ahora, los investigadores están interesados en conocer si ciertos tipos de bacterias son más adecuados que otros para sobrevivir a esas alturas. Los investigadores también quieren entender el papel que juegan los microorganismos, y determinar si están llevando a cabo funciones metabólicas en la troposfera. «Para estos organismos, tal vez las condiciones puedan no ser tan duras», apunta Konstantinidis. «No me sorprendería si hay vida activa y crecimiento en las nubes, pero esto es algo que todavía no podemos decir con seguridad».
Fuente: http://www.abc.es
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