Mitología y leyenda
Conformados en una casta de guerreros sagrados, los Asantemir, que combatían tanto en el mundo físico como en el espiritual, eran seleccionados de entre aquellos niños concebidos durante una celebración muy especial: la Noche del error. Como parte de los rituales propiciatorios que, dedicados a la fecundidad, se desarrollaban durante las fiestas caniculares o beñesmer, hombres y mujeres en edad fértil mantenían relaciones sexuales en campos plantados de cereales. Cegados por la oscuridad nocturna, el contacto se practicaba sin conocer la identidad de la otra persona. Nueve meses más tarde, las criaturas nacidas de este ritual eran entregadas a los samarines para su educación como miembros de las distintas castas sacerdotales o, en determinadas circunstancias, para su preparación como guerreros Axaentemir. De esta manera, quizá un tanto cruel para los hábitos actuales, se conseguía el desarraigo social de un sujeto que, ajeno a la personalidad de sus progenitores, vivía hasta el final de sus días el signo sagrado de su nacimiento y, por tanto, su condición de hijos de una divinidad a la que rendían obediencia.
De elevada estatura, por lo general rubios y de ojos azules, los Axaentemir eran los primeros en acudir al combate. Especie de cuerpo de elite, su sola presencia imponía respeto en cualquier lugar de la Isla. Variaba su número en cada menceyato, pero nunca superaban los 12 integrantes. Vivian en zonas apartadas de la comunidad, pero justo en puntos estratégicos que dominaban las comarcas a las que pertenecían. Imbuidos de un pleno compromiso espiritual con Achaman, deidad a la que veneraban entregando su vida, en el plano terrenal se sujetaban a los dictados del mencey, pero siempre y cuando esas órdenes no entraran en contradicción con los preceptos de su divinidad, el Centelleante, la única autoridad real que colocaban por encima de ellos.
Vestían una piel de cabrito a modo de capa, de color rojo y negro, terminada en punta por la parte delantera y corta por encima de la cintura. Cubrían sus partes con una tira de piel triangular que les caía delante y detrás, aunque se despojaban de estas prendas para entrar en combate, algo recurrente también en otras culturas. La desnudez en la lucha era símbolo de valentía, de ausencia absoluta de temor a la guerra y la muerte, puesto que se sabían protegidos por la divinidad. Un mensaje directo para un adversario que lo sabía interpretar perfectamente: en esa lucha, sólo saldría un ganador vivo. Era, pues, una acción intimidante.
Llevaban el pelo recogido en un moño que ajustaban a la base del cráneo y alrededor de la cabeza usaban una tira de cuero trenzado, cuyos extremos dejaban deslizar delante de los hombros. Dichas puntas se adornaban con conchas marinas, rematadas por una pequeña piedra negra de basalto. Para dirigirse al combate, se pintaban dos líneas gruesas en la parte frontal de los hombros, una de color negro y la otra de color rojo. En particular, la tradición cuenta que el asentamiento de los Axaentemir en la región sureña de Agache fue decretado por Benchomo, mencey de Taoro, tras la irrupción de los castellanos y la alianza de colaboración que pactaron con el cercano menceyato de Güímar. Benchomo ordenó su establecimiento en el lomo donde hoy se ubican el Museo Arqueológico y la Iglesia, zona que ha recuperado ese nombre, con la misión de custodiar la comarca desde la ladera donde se halla el hotel Don Martín hasta el margen del barranco de Erques.
Otros, como el arqueólogo José Farrujia, afirma que la dictadura manejó a su antojo el pasado más lejano de las Islas para adaptarlo a sus intereses.
"De hecho, durante el franquismo, la arqueología se empleó para respaldar los intereses de la dictadura. Los arqueólogos canarios mantenían sobre todo relaciones con Francia pero a la dictadura franquista le convenía conciliar sus posiciones coloniales en el norte de África con lo hispánico. "Así que se desplazan arqueólogos peninsulares a las Islas, lo que da pie a la reformulación de la identidad guanche". Frente a lo que venía aceptándose científicamente, que era la relación del guanche con el cromagnon francés, la arqueología franquista coloca el origen del guanche en el norte de África pero de modo que su cuna acaban siendo las posiciones españolas en el norte de África. Así, guanches, norteafricanos y españoles comparten una misma raigambre cultural y racial y se desvincula por completo la conexión con el Crogmanon francés, insertándose a los primeros pobladores de Canarias en el neolítico". explica Farrujia.
Para este investigador,
los guanches llegaron a las Islas desde el norte de África y no lo
hicieron gratuitamente ni por simple curiosidad, sino con el objetivo de
explotar las materias primas que aquí había, tales como la orchilla o
el rico banco pesquero. Y se trataba de poblaciones conformadas por
gente morena de origen bereber, nada de rubios.
Fue la estrecha relación
de los arqueólogos de aquí con los de Alemania lo que hizo de los
guanches gente rubia, pues una antropóloga alemana que recaló en las
Islas pensó que Canarias fue el último refugio de la raza aria. Farrujia
afirma que, bajo el principio de que la arqueología es una ciencia
objetiva, se han difundido todo tipo de tropelías dependiendo de los
intereses políticos y de las épocas. Así, se pasó de la idea de que eran
unos salvajes sin más, a la de ennoblecerlos tomando como base las
ideas de Rousseau, para posteriormente hacerlos indoeuropeos (y rubios) y
finalmente, en la época de Franco, hispánicos.
Pero no tiene todas las de ganar con su tesis...
Existen conexiones entre diversos lugares que desafían dicha tesis sobre la exclusiva procedencia del norte de África. Los seguidores de la teoría sobre "Los descendientes de la Atlántida" defienden que las claras conecciones entre lenguaje y símbolos canarios, euskera y celtas gallegos tienen un origen común Atlante.
"Hubo una lengua común prehistórica muy parecida al protovasco.Esa era la lengua de la Atlántida. Hasta el chino y sumerio cuneiforme tienen a veces un curioso parecido. El arqueólogo Collin Rivas lo ha documentado en numerosos estudios,demostrando los muchos dogmas de la linguística e historia oficial".
CANARIOS Y VASCOS HABLARON LA MISMA LENGUA
Guanche -Español -Euskera -Inglés
ache - casa- etxe - house
aho- boca- aho - mouth
aga - muerto - aka - dead
ana - hermana - ana - sister
hama - agua - ura - water
urin - carne - urin meat
aho- boca- aho - mouth
aga - muerto - aka - dead
ana - hermana - ana - sister
hama - agua - ura - water
urin - carne - urin meat
La cuestión es que continuamos con la duda. Pero...Nuestros ancestros dicen que si.
Fuentes:
http://losaxaentemires.blogspot.com.es/
http://www.laopinion.es
http://www.atinachile.cl
http://pisandoconlachola.blogspot.com.es
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