Hace unos 4.567 millones de años, nacieron los planetas de nuestro sistema solar a partir de un disco de gas y polvo que giraba alrededor del Sol. Aunque los astrónomos observan procesos similares en sistemas solares más jóvenes ubicados en diversas zonas de la Vía Láctea, se creía hasta ahora que cierto subproceso en la formación de nuestro sistema solar tardó en iniciarse alrededor del doble de tiempo de lo que parece haber tardado ese mismo subproceso en el ciclo de creación de otros sistemas solares.
Ahora, una nueva investigación dirigida por el Centro de Formación de Estrellas y Planetas, del Museo de Historia Natural de Dinamarca, dependiente de la Universidad de Copenhague, sugiere lo contrario.
Gracias al uso de métodos perfeccionados de análisis por isótopos de uranio y plomo, el nuevo estudio sobre meteoritos primitivos ha permitido a los investigadores determinar la fecha de su formación a partir de dos tipos muy distintos de materiales: las inclusiones ricas en calcio y aluminio (CAIs, por sus siglas en inglés) y los cóndrulos, encontrados en el mismo meteorito examinado. Esto ha conducido a introducir modificaciones en la cronología comúnmente aceptada para la historia del desarrollo de nuestro sistema solar.
En parte, el estudio confirmó análisis anteriores, que demostraban que los CAIs se formaron durante un período muy corto de tiempo. El nuevo descubrimiento es que los cóndrulos se formaron también durante los primeros 3 millones de años de desarrollo del sistema solar. Esto contradice hipótesis anteriores según las cuales los cóndrulos sólo empezaron a formarse aproximadamente 2 millones de años después de los CAIs.
Ilustración de sistema solar primigenio. (Foto: NASA JPL / Caltech) |
Lo descubierto ahora por el equipo de James Connelly y Martin Bizzarro, del Centro de Formación de Estrellas y Planetas, concuerda mucho más con lo observado en otros sistemas planetarios. En líneas generales, los resultados del nuevo estudio demuestran que no somos tan exclusivos como creíamos. Nuestro sistema solar se parece a otros sistemas planetarios observables dentro de nuestra galaxia. Lo descubierto en la nueva investigación respalda los resultados de otros estudios que indican que los planetas similares a la Tierra son más comunes en el universo de lo que se pensaba.
Fuente: http://noticiasdelaciencia.com
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