¿Qué tan lejos estamos de enviar una misión tripulada al planeta rojo?
Me hago esta pregunta mientras contemplo un poderoso telescopio y veo un matiz rojizo en la oscuridad circundante.
He estado invernando en el puesto de avanzada francoitaliano de la estación Concordia en la Antártida, usado también para estudiar cómo los seres humanos podrían sobrevivir algún día un viaje a Marte.
Mis ojos comienzan a congelarse y mis pestañas se pegan con hielo. Meto las manos más profundamente en los bolsillos buscando calor.
Me llama la atención que es una buena metáfora para las astronómicas sumas de dinero que se requerirían para financiar la planificación y preparación de semejante misión. Y ese es apenas el primero de muchos desafíos.
Atravieso la meseta hacia la estación -mi hogar provisional- y miro mi termómetro. La temperatura exterior cayó nuevamente a -75ºC, con una sensación extrema de -99.9ºC.
A una altitud equivalente de 3.800 metros, respiro profundamente este aire que contiene un tercio de la cantidad de oxígeno disponible a nivel del mar.
Dentro de la estación, la ventana está congelada y afuera sigue oscuro, como ha estado 24 horas diarias los últimos tres meses.
Mi GPS identifica que "me salí del camino". Concordia está en el ambiente más frío, oscuro y extremo de nuestro planeta.
Tim Peake dice que mantenerse saludable será un desafío clave en cualquier misión a Marte.
Vivir aquí en lo más cercano a estar en la superficie de otro planeta. Pese a significativas diferencias en la gravedad de la superficie y la presión atmosférica, la temperatura marciana promedio es alrededor de -55ºC, similar a la de Concordia.
Es por estas razones que tales ambientes análogos al Espacio, incluidos la Antártida, la isla Devon y el cráter Haughton, entre otros, continúan siendo de gran interés para las agencias de investigación espacial en su planificación de futuras misiones.
Mi investigación pretende comprender qué tan lejos podemos llevar a los humanos, particularmente en cuanto a la fisiología y psicología extremas.
La investigación de ambientes análogos al Espacio pretende identificar desafíos y encontrar soluciones que algún día ayuden a enviar una misión tripulada a Marte y, más importante, que regrese sana y salva.
El desafío total de enviar semejante misión a Marte es un rompecabezas. Su éxito sólo es posible con colaboración internacional para usar todas las piezas de la investigación.
Esto incorporaría las lecciones internacionales aprendidas de astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI), los transbordadores espaciales y análogas como la misión 500 de la Estación Espacial Europea y Concordia, en los campos del cuidado intensivo y la medicina.
Algunos de los principales desafíos incluyen lidiar con rayos cósmicos en el espacio, la radiación en la superficie de Marte, tormentas de polvo, los efectos de la ingravidez y factores humanos como asuntos psicológicos.
Durante el año pasado, estuve en contacto con Tim Peake, el único astronauta en entrenamiento en Reino Unido, que me dirige hacia los factores físicos asociados con viajes espaciales prolongados.
"Permanecer saludable será el desafío más grande para un astronauta que vaya a Marte, tanto física como mentalmente", me dijo.
"El ambiente espacial es duro para el cuerpo humano y los astronautas deben mantener buena densidad ósea, masa muscular y aptitud cardiovascular para poder trabajar con efectividad en la gravedad marciana después de un extendido tránsito por gravedad cero".
"Los escalones que marcan nuestro progreso hacia una misión tripulada a Marte podrían incorporar viajes a asteroides, la Luna, puntos de Lagrange en lo profundo del espacio o incluso las lunas del propio Marte".
Misiones inspiradoras
"Creo que la primera oportunidad que tendrán los humanos de visitar Marte será en la década de 2030"
Romain Charles, miembro de la tripulación de Mars 500
La nave espacial Mariner-4 hizo el primer vuelo cerca a Marte en 1965. Posteriormente Mars-2 y Mars-4 hicieron los primeros contactos físicos con su superficie, emitiendo imágenes que inspiraron la imaginación y conjuraron la posibilidad de vida.
El fracaso al enviar naves espaciales y misiones orbitales a Marte ha sido una maldición común, ejemplificada por la pérdida del Beagle 2.
A pesar de eso, en 2011 nació, se construyó y se lanzó una creación de US$2.500 millones. El 6 de agosto de este año, el vehículo de la Nasa Curiosity o Laboratorio Científico de Marte (MSL por sus siglas en inglés) finalmente penetró la delgada atmósfera marciana y aterrizó a salvo en el cráter de Gale.
Los científicos de la misión esperan que forje un nuevo y emocionante capítulo en la exploración de Marte, revelando más secretos sobre su historia.
Entre los próximos proyectos a Marte, se incluyen las misiones InSight y Mars Geyser Hopper, así como de otros países, entre ellos India y China.
Nunca hemos intentado un viaje de ida y vuelta; han sido exploraciones de una sola vía. El siguiente paso natural parece ser superar este desafío, una crucial consideración para enviar una misión tripulada.
Los proyectos compartidos predicen que ocurrirá.
Romain Charles, uno de los tripulantes de la misión de estudio Mars 500 de la Agencia Espacial Europea (Esa) para estudiar el aislamiento simulado de 520 días al planeta rojo, dice: "Estoy seguro de que los humanos colonizarán Marte y la Luna. La gran pregunta es ¿cuándo?".
Tim Peake agrega: "Todo esto tomará tiempo y creo que la primera oportunidad para que los humanos visiten Marte será en la década de 2030".
Al compartir sus razones para convertirse en astronauta, Peake menciona "una curiosidad natural, amor a los desafíos y solución de problemas y deseo de explorar límites". Reiteró que "nuestro conocimiento y presencia en el espacio está jugando un papel vital en nuestro futuro".
Como otros, cree que "una misión tripulada a Marte debería ser una meta a largo plazo de la humanidad" y reconoce que lograrla "requerirá compromiso político y financiero duradero y sólo tendrá éxito como parte de una colaboración internacional".
La Antártida nos podría enseñar lecciones para sobrevivir en un viaje a Marte.
La visión de Armstrong
Este año, en respuesta a los cortes presupuestarios y las ambiciones en la Nasa, el excomandante de Apollo 11, Neil Armstrong (En paz descanse), expresó su pesar.
"Algunos cuestionan por qué los estadounidenses deberían volver a la Luna. 'Después de todo', dicen 'ya estuvimos allí'. Me parece desconcertante. Es como si los monarcas del Siglo XVI proclamaran que 'no necesitamos ir al Nuevo Mundo, ya estuvimos allí'".
Este año fue el primer vuelo privado de abastecimiento a la EEI por la cápsula de carga Dragon, de Space X. Donde se han cortado los recursos gubernamentales, ha crecido pasto más verde en el lado en el sector privado, nutrido por la perspectiva del turismo espacial. Sin embargo, sigue siendo demasiado caro para la mayoría de la gente y no está claro si el espacio se abrirá a pasajeros que paguen.
Según los actuales cálculos, si se pudiera volar a Marte usando un jet 747, tomaría unos 30 años de ida. La privatización del viaje espacial ayudará a forjar un camino oportuno, asequible y cómodo a Marte, aunque no libre de riesgos.
Alex Kumar es uno de los científicos que han hibernado en la estación Concordia.
La Sociedad de Marte es una organización espacial internacional sin fines de lucro dedicada a promover la exploración humana y la colonización del planeta. Ha propuesto "Marte Directo", un plan sostenido, de presupuesto mínimo (unos US$30.000 millones) para llevar gente al planeta rojo.
Fue concebido por el fundador de la sociedad, Dr. Robert Zubrin, cuyo mandato declara "ha llegado el momento para que la humanidad realice una 'misión combinada de robots y humanos' a Marte". Señala que "estamos mucho mejor preparados ahora para enviar humanos al planeta rojo de lo que estábamos para viajar a la Luna al inicio de la era espacial".
A través de la ciencia-ficción, hemos tenido un siglo de literatura explorando la idea de humanos visitando, estableciéndose y eventualmente colonizando Marte y otros cuerpos celestial.
El escritor de ciencia ficción y autor de la Trilogía Marciana, Kim Stanley Robinson, explica que "la ciencia espacial es una ciencia terrícola, pues estudiar a Marte es parte del entendimiento de la Tierra como un planeta, con valor científico, filosófico o psicológico".
Robinson prevé que algún día habrá "periodos de estudios científicos en Marte, entre tres y cinco años". Serían similares a los programas emprendidos por científicos como yo, actualmente encerrados en el invierno antártico.
Robinson especula que hay una "posibilidad sólida de encontrar rastros fósiles de vida y una menor posibilidad de encontrar vida existente, bajo la superficie" de Marte.
He estado invernando en el puesto de avanzada francoitaliano de la estación Concordia en la Antártida, usado también para estudiar cómo los seres humanos podrían sobrevivir algún día un viaje a Marte.
Mis ojos comienzan a congelarse y mis pestañas se pegan con hielo. Meto las manos más profundamente en los bolsillos buscando calor.
Me llama la atención que es una buena metáfora para las astronómicas sumas de dinero que se requerirían para financiar la planificación y preparación de semejante misión. Y ese es apenas el primero de muchos desafíos.
Atravieso la meseta hacia la estación -mi hogar provisional- y miro mi termómetro. La temperatura exterior cayó nuevamente a -75ºC, con una sensación extrema de -99.9ºC.
A una altitud equivalente de 3.800 metros, respiro profundamente este aire que contiene un tercio de la cantidad de oxígeno disponible a nivel del mar.
Dentro de la estación, la ventana está congelada y afuera sigue oscuro, como ha estado 24 horas diarias los últimos tres meses.
Mi GPS identifica que "me salí del camino". Concordia está en el ambiente más frío, oscuro y extremo de nuestro planeta.
Tim Peake dice que mantenerse saludable será un desafío clave en cualquier misión a Marte.
Vivir aquí en lo más cercano a estar en la superficie de otro planeta. Pese a significativas diferencias en la gravedad de la superficie y la presión atmosférica, la temperatura marciana promedio es alrededor de -55ºC, similar a la de Concordia.
Es por estas razones que tales ambientes análogos al Espacio, incluidos la Antártida, la isla Devon y el cráter Haughton, entre otros, continúan siendo de gran interés para las agencias de investigación espacial en su planificación de futuras misiones.
Mi investigación pretende comprender qué tan lejos podemos llevar a los humanos, particularmente en cuanto a la fisiología y psicología extremas.
La investigación de ambientes análogos al Espacio pretende identificar desafíos y encontrar soluciones que algún día ayuden a enviar una misión tripulada a Marte y, más importante, que regrese sana y salva.
El desafío total de enviar semejante misión a Marte es un rompecabezas. Su éxito sólo es posible con colaboración internacional para usar todas las piezas de la investigación.
Esto incorporaría las lecciones internacionales aprendidas de astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI), los transbordadores espaciales y análogas como la misión 500 de la Estación Espacial Europea y Concordia, en los campos del cuidado intensivo y la medicina.
Algunos de los principales desafíos incluyen lidiar con rayos cósmicos en el espacio, la radiación en la superficie de Marte, tormentas de polvo, los efectos de la ingravidez y factores humanos como asuntos psicológicos.
Durante el año pasado, estuve en contacto con Tim Peake, el único astronauta en entrenamiento en Reino Unido, que me dirige hacia los factores físicos asociados con viajes espaciales prolongados.
"Permanecer saludable será el desafío más grande para un astronauta que vaya a Marte, tanto física como mentalmente", me dijo.
"El ambiente espacial es duro para el cuerpo humano y los astronautas deben mantener buena densidad ósea, masa muscular y aptitud cardiovascular para poder trabajar con efectividad en la gravedad marciana después de un extendido tránsito por gravedad cero".
"Los escalones que marcan nuestro progreso hacia una misión tripulada a Marte podrían incorporar viajes a asteroides, la Luna, puntos de Lagrange en lo profundo del espacio o incluso las lunas del propio Marte".
Misiones inspiradoras
"Creo que la primera oportunidad que tendrán los humanos de visitar Marte será en la década de 2030"
Romain Charles, miembro de la tripulación de Mars 500
La nave espacial Mariner-4 hizo el primer vuelo cerca a Marte en 1965. Posteriormente Mars-2 y Mars-4 hicieron los primeros contactos físicos con su superficie, emitiendo imágenes que inspiraron la imaginación y conjuraron la posibilidad de vida.
El fracaso al enviar naves espaciales y misiones orbitales a Marte ha sido una maldición común, ejemplificada por la pérdida del Beagle 2.
A pesar de eso, en 2011 nació, se construyó y se lanzó una creación de US$2.500 millones. El 6 de agosto de este año, el vehículo de la Nasa Curiosity o Laboratorio Científico de Marte (MSL por sus siglas en inglés) finalmente penetró la delgada atmósfera marciana y aterrizó a salvo en el cráter de Gale.
Los científicos de la misión esperan que forje un nuevo y emocionante capítulo en la exploración de Marte, revelando más secretos sobre su historia.
Entre los próximos proyectos a Marte, se incluyen las misiones InSight y Mars Geyser Hopper, así como de otros países, entre ellos India y China.
Nunca hemos intentado un viaje de ida y vuelta; han sido exploraciones de una sola vía. El siguiente paso natural parece ser superar este desafío, una crucial consideración para enviar una misión tripulada.
Los proyectos compartidos predicen que ocurrirá.
Romain Charles, uno de los tripulantes de la misión de estudio Mars 500 de la Agencia Espacial Europea (Esa) para estudiar el aislamiento simulado de 520 días al planeta rojo, dice: "Estoy seguro de que los humanos colonizarán Marte y la Luna. La gran pregunta es ¿cuándo?".
Tim Peake agrega: "Todo esto tomará tiempo y creo que la primera oportunidad para que los humanos visiten Marte será en la década de 2030".
Al compartir sus razones para convertirse en astronauta, Peake menciona "una curiosidad natural, amor a los desafíos y solución de problemas y deseo de explorar límites". Reiteró que "nuestro conocimiento y presencia en el espacio está jugando un papel vital en nuestro futuro".
Como otros, cree que "una misión tripulada a Marte debería ser una meta a largo plazo de la humanidad" y reconoce que lograrla "requerirá compromiso político y financiero duradero y sólo tendrá éxito como parte de una colaboración internacional".
La Antártida nos podría enseñar lecciones para sobrevivir en un viaje a Marte.
La visión de Armstrong
Este año, en respuesta a los cortes presupuestarios y las ambiciones en la Nasa, el excomandante de Apollo 11, Neil Armstrong (En paz descanse), expresó su pesar.
"Algunos cuestionan por qué los estadounidenses deberían volver a la Luna. 'Después de todo', dicen 'ya estuvimos allí'. Me parece desconcertante. Es como si los monarcas del Siglo XVI proclamaran que 'no necesitamos ir al Nuevo Mundo, ya estuvimos allí'".
Este año fue el primer vuelo privado de abastecimiento a la EEI por la cápsula de carga Dragon, de Space X. Donde se han cortado los recursos gubernamentales, ha crecido pasto más verde en el lado en el sector privado, nutrido por la perspectiva del turismo espacial. Sin embargo, sigue siendo demasiado caro para la mayoría de la gente y no está claro si el espacio se abrirá a pasajeros que paguen.
Según los actuales cálculos, si se pudiera volar a Marte usando un jet 747, tomaría unos 30 años de ida. La privatización del viaje espacial ayudará a forjar un camino oportuno, asequible y cómodo a Marte, aunque no libre de riesgos.
Alex Kumar es uno de los científicos que han hibernado en la estación Concordia.
La Sociedad de Marte es una organización espacial internacional sin fines de lucro dedicada a promover la exploración humana y la colonización del planeta. Ha propuesto "Marte Directo", un plan sostenido, de presupuesto mínimo (unos US$30.000 millones) para llevar gente al planeta rojo.
Fue concebido por el fundador de la sociedad, Dr. Robert Zubrin, cuyo mandato declara "ha llegado el momento para que la humanidad realice una 'misión combinada de robots y humanos' a Marte". Señala que "estamos mucho mejor preparados ahora para enviar humanos al planeta rojo de lo que estábamos para viajar a la Luna al inicio de la era espacial".
A través de la ciencia-ficción, hemos tenido un siglo de literatura explorando la idea de humanos visitando, estableciéndose y eventualmente colonizando Marte y otros cuerpos celestial.
El escritor de ciencia ficción y autor de la Trilogía Marciana, Kim Stanley Robinson, explica que "la ciencia espacial es una ciencia terrícola, pues estudiar a Marte es parte del entendimiento de la Tierra como un planeta, con valor científico, filosófico o psicológico".
Robinson prevé que algún día habrá "periodos de estudios científicos en Marte, entre tres y cinco años". Serían similares a los programas emprendidos por científicos como yo, actualmente encerrados en el invierno antártico.
Robinson especula que hay una "posibilidad sólida de encontrar rastros fósiles de vida y una menor posibilidad de encontrar vida existente, bajo la superficie" de Marte.
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