miércoles, 5 de diciembre de 2012
Hallan un sistema solar «bebé»
Parecido al nuestro en sus orígenes, está compuesto por la estrella más joven jamás observada y un disco con materia suficiente como para crear siete planetas del tamaño de Júpiter
Un equipo de astrónomos ha encontrado un sistema solar todavía en formación, el más joven visto hasta ahora, a más de 450 años luz de la Tierra, en la constelación de Tauro. Se trata de una estrella infantil rodeada por un disco giratorio de gas y polvo con material suficiente como para originar siete planetas del tamaño de Júpiter, el mundo más grande de nuestro Sistema Solar. El sistema, muy parecido al nuestro en sus orígenes, según los científicos, apenas cuenta con 300.000 años, un bebé en comparación con los 4.600 millones de años del Sol y los mundos que lo rodean.
La estrella tiene en la actualidad alrededor de un quinto de la masa del Sol, pero, según los científicos, es probable que atrape el material de su entorno de tal forma que, con el tiempo, acabe coincidiendo con la masa del Astro rey.
«Este objeto muy joven tiene todos los elementos de un sistema solar en formación», asegura John Tobin, del National Radio Astronomy Observatory (EE.UU.). El sistema solar reciente, llamado L1527 IRS, reside en una guardería estelar llamada la nube de Tauro. No tiene más de 300.000 años, en comparación con los 4.600 millones de años de nuestro Sol y sus planetas. «Puede ser incluso menor, dependiendo de la rapidez con que acumuló masa en el pasado», explica Tobin.
Utilizando los observatorios de ondas milimétricas, los astrónomos detectaron el polvo y el monóxido de carbono alrededor del objeto y pudieron demostrar, por vez primera, que la joven estrella está rodeada por un disco rotatorio de material. También midieron la masa de la protoestrella.
Un baile de rotación
Mediante la medición del desplazamiento de las ondas de radio procedentes del monóxido de carbono en el disco de la estrella, los astrónomos fueron capaces de demostrar que la velocidad de rotación en el disco cambia con la distancia del material de la estrella de la misma forma que las velocidades orbitales de los planetas cambian con la distancia desde el Sol. Este patrón, llamado rotación kepleriana, «señala uno de los primeros pasos esenciales hacia la formación de los planetas», afirma Hsin-Fang Chiang, de la Universidad de Illinois y del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawai.
«Esta es la protoestrella más joven encontrada hasta el momento para mostrar esa característica en un disco circundante. En muchos sentidos, este sistema se parece mucho a nuestro propio Sistema Solar cuando era muy joven», añade Tobin. Los astrónomos han recibido el visto bueno para avanzar en su comprensión de L1527 IRS con observaciones de alta precisión gracias al Atacama Large Millimeter / submillimeter Array (ALMA), un sistema de telescopio internacional a gran altitud en el norte de Chile. «Las capacidades avanzadas de ALMA nos permitirá estudiar más estos objetos a grandes distancias. Vamos a ser capaces de aprender más acerca de cómo se forman los discos, por qué crecen tan rápido las estrellas jóvenes y cómo empiezan sus vidas las estrellas y los sistemas planetarios».
Fuente: http://www.abc.es
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