martes, 4 de diciembre de 2012

La bombilla de plástico que puede acabar con los fluorescentes


Sus creadores dicen que este nuevo sistema de iluminación es más eficaz, no parpadea, no se rompe y no quema


KEN BENNETT
David Carroll trabaja en la nueva tecnología de iluminación FIPEL
Científicos de la estadounidense Universidad de Wake Forest están convencidos de que pronto diremos adiós a ese molesto zumbido creado por la sobrecarga de las bombillas fluorescentes en la oficina. El motivo es que han desarrollado una nueva bombilla de plástico que, según explican, es más eficiente, no parpadea, no se rompe y no quema. Además, emite luz blanca y suave, sin el brillo amarillento de los tubos o la coloración azulada de los LEDs.

La nueva tecnología de iluminación está basada en la tecnología del campo inducido sobre un polímero electroluminiscente (FIPEL). «La gente se queja a menudo de que las luces fluorescentes molestan a sus ojos, y el zumbido de los tubos irrita a cualquiera sentado en un escritorio debajo de ellos», afirma el físico David Carroll, responsable del desarrollo de esta tecnología en Wake Forest. «Las nuevas luces que hemos creado pueden resolver esos dos problemas y más», asegura.

El equipo utilizó la nanoingeniería para crear un foco de luz completamente nuevo que se describe en la revista Electrónica Orgánica. El dispositivo está hecho de tres capas de un polímero emisor moldeable blanco mezclado con una pequeña cantidad de nanomateriales que brillan cuando son estimulados para crear luz blanca y brillante perfectamente similar a la luz del Sol, la que prefiere el ojo humano. Sin embargo, se pueden hacer en cualquier color y forma tanto para lámparas de hogar como para su uso en oficinas.

Sin peligro

Sus creadores aseguran que esta nueva solución de alumbrado es al menos dos veces más eficiente que las lámparas fluorescentes compactas (CFL) y se sitúa a la par con los LEDs, pero estas bombillas no se rompen y contaminan una casa como las fluorescentes ni emiten una luz azulada como los LEDs. «¿Quieres luces que tengan un contenido espectral atractivo dentro de un edificio? ¿Quieres una bombilla que no se rompa y esparza materiales peligrosos mientras tus hijos están alrededor?», pregunta Carroll en referencia a su invento.

El equipo de Wake Forest es el primero en hacer un FIPEL a gran escala que puede reemplazar la iluminación actual de la oficina y se basa en la luz blanca natural. Más allá de su uso en hogares y lugares de trabajo, Carroll considera que también puede emplearse en grandes iluminaciones, como marquesinas de las tiendas o carteles para autobuses o vagones de metro.

Los FIPEL parecen ser también de larga duración. Carroll asegura que ha trabajado con uno durante toda una década.

Fuente: http://www.abc.es

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