lunes, 29 de octubre de 2012
Célula solar hecha con una sola molécula
El centro de reacción del Fotosistema-I es un complejo localizado en membranas de cloroplastos de cianobacterias.
Plantas, algas y bacterias usan la fotosíntesis para convertir la energía solar en energía química. Las fases iniciales de este proceso, donde se absorbe la luz y se transfieren energía y electrones, están mediadas por proteínas fotosintéticas compuestas de complejos de carotenoides y clorofila.
Hasta ahora, ninguno de los métodos disponibles de medición era lo bastante sensible como para medir las fotocorrientes generadas por una sola molécula de proteína.
La situación ha cambiado gracias al trabajo pionero de un equipo de científicos encabezados por Joachim Reichert, Johannes Barth, y Alexander Holleitner, de la Universidad Técnica de Múnich, así como Itai Carmeli, de la Universidad de Tel Aviv en Israel.
Este grupo de investigación ha conseguido demostrar que el sistema fotosintético ensayado por ellos puede ser integrado y configurado razonablemente bien en arquitecturas de dispositivos fotovoltaicos artificiales, conservándose las propiedades biomoleculares de interés.
El Fotosistema-I -en verde- es excitado ópticamente por un electrodo. Un electrón es entonces transferido paso a paso en sólo 16 nanosegundos. (Foto: Christoph Hohmann (NIM))
Las proteínas usadas pueden ser vistas como dispositivos de bombeo eficiente de electrones, y son regulables mediante la luz. Pueden actuar como generadores de corriente para circuitos eléctricos nanométricos.
El Fotosistema-I presenta propiedades optoelectrónicas sobresalientes, que sólo se encuentran en los sistemas fotosintéticos.
El tamaño nanométrico es otra baza decisiva para que el Fotosistema-I sea una base prometedora para desarrollar dispositivos de optoelectrónica molecular.
Fuente: http://noticiasdelaciencia.com
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