La historia de la humanidad ha estado siempre ligada a los avances científicos y tecnológicos, y estos avances se han dado a conocer mediante colosales obras, en las que la ciencia llegaba hasta los más eruditos en libros.
Muchas de estas obras han marcado nuestra cultura hasta el día de hoy, y en el momento de su publicación impactaron en la sociedad hasta llegar a cambiar el pensamiento, mostrando aspectos del mundo que hasta el momento eran insospechados. He hecho una selección, como tantas otras pueda haber, de los que, en mi opinión, son los 5 libros más importantes de la Historia de la Ciencia.
Los Elementos de Euclides
Los elementos de Euclides puede ser el libro más editado, traducido y estudiado de la historia del mundo occidental después de la Biblia. Fue escrito por Euclides en el siglo III a.C. en Alejandría, y desarrolla de un modo lógico el estudio de la geometría. Este texto abrió la puerta de las matemáticas a generaciones y generaciones de científicos, tal es su importancia que incluso en el día de hoy se usa como texto introductorio en algunas universidades.
Es mi intención al seleccionar en primer lugar un libro de matemáticas llamar la atención sobre ella, ya que es el pilar fundamental sobre el que se edifican las ciencias. Esta obra formó a generaciones de científicos y les dió las herramientas fundamentales para interpretar y comprender los fenómenos de la naturaleza.
El Almagesto
El Almagesto está dividido en trece libros y fue publicado en el año 150 porPtolomeo en Alejandría. Lo crucial de esta obra es la capacidad que nos dió de predecir fenómenos naturales como eclipses solares y lunares o el movimiento aparentemente errante de los planetas. Al predecir estos fenómenos quedó claro que no eran fruto del azar, sino que seguían unas pautas, pautas que no se sabía a qué se debían, pero empezamos a ver un camino que tal vez nos llevaría a entenderlos completamente.
El sistema que encuentra más lógico Ptolomeo es aquél que sitúa al hombre en el centro de la Creación, y no se le puede culpar por ello. Es más, se debe admirar la pericia que realizó para ser capaz de crear un modelo que, pese a sus fallos, fue un paso adelante. Aunque tal vez después nos acomodamos demasiado en él, puesto que aunque continuamente necesitó correcciones para ajustarse a la realidad que observábamos, no fue hasta más de mil años después que se sustituyó por un nuevo sistema. Su influencia en nuestra sociedad es innegable por tanto.
De revolutionibus orbium coelestium
Pero Copérnico pensó que la obra de Ptolomeo era demasiado compleja. El sistema diseñado por Ptolomeo además de necesitar epiciclos no situaba a la Tierra en el centro del Sistema Solar, sino que estaba ligeramente desplazada. Además, necesitaba continuamente correcciones, era imposible no darse cuenta de que algo fallaba pero si se situaba el Sol en el centro del universo conocido todo cambiaba, aunque era romper con todo lo establecido. Y eso era muy peligroso.
Esta idea no era nueva, ya la habían tenido anteriormente Hipatia de Alejandría y Aristarco de Samos, pero sus ideas se perdieron en el tiempo y fueron eclipsadas completamente por la obra de Ptolomeo. Las observaciones realizadas por Copérnico le llevaron a esta idea de una sistema heliocéntrico (centrado en el Sol), pero nunca hubiesen sido publicadas sin la perseverancia de su único discípulo Georg Joachim Rheticus. De revolutionibus orbium coelestium fue publicado en 1543, aproximadamente mil cuatrocientos años después de la obra de Ptolomeo.
Se puede decir que esta obra fue uno de los principales impulsores del Renacimiento en Europa, y fue la mecha que llevó a la revolución científica en el siglo XVI y XVII. Esta obra mostró que se puede cuestionar lo establecido. Debatía una visión del mundo que se había mantenido y sobre la que se había edificado el pensamiento durante más de mil años y abría el camino a nuevas ideas y al florecimiento de las artes y las ciencias.
Philosophiae naturalis principia mathematica
Si la obra de Ptolomeo mostró que los fenómenos naturales cumplían determinadas pautas, esta obra mostró que existían unas leyes que siempre se cumplían y llegaban a explicarlos por completo. No debemos dar todo el mérito de esta obra a Newton, ya que también recogió los trabajos deGalileo, Descartes y Hooke; esta obra fue construida por muchos gigantes, y no debemos menospreciar tampoco la interpretación que hicieron de ella durante la Ilustración, fue realmente en esta época donde se comprobó su capacidad para resolver problemas.
Esta obra fue publicada en 1687 a instancias de Edmond Halley, en tres libros en los que Newton nos explicaba los principios del movimiento y la Ley de la gravitación universal, usando como lenguaje la geometría, la misma que antes de Cristo explicó Euclides en su obra.
Philosophiae naturalis principia mathematica es también una magnífica recopilación de toda la ciencia hasta el año de su publicación, conteniendo todas las teorías de Galileo, y dió a los físicos las herramientas que ansiaban para, por fin, comprender e interpretar nuestro entorno.
El origen de las especies
Charles Darwin publicó El origen de las especies el 24 de noviembre de 1859, después de un viaje estudiando los animales y las características que tenían en diferentes zonas geográficas a bordo del Beagle.
Después de que nos quitasen del centro del Universo, de que nos dijesen que las leyes de la naturaleza no eran tan divinas como matemáticas, nos terminaron de quitar del pedestal que nos habíamos construido con esta obra. No somos diferentes del resto de los animales, solo somos un producto de una selección natural, no fuimos moldeados en barro por una divinidad, sino que el tiempo y el entorno nos moldearon hasta convertirnos en lo que hoy somos, de la misma manera que al resto de las especies animales, y en esto nos equiparó al resto de especies.
El impacto de esta obra fue tal que, a pesar de las innumerables evidencias que la sustentan, aún hoy en día se mantienen teorías como la creacionista que trata de decirnos que no es posible, que debe ser un error. Pero tampoco le debemos dar todo el mérito a Darwin, el también edificó esta obra sobre otros gigantes como Charles Lyell o Georges Cuvier. Pero él fue capaz de servirnoslo en bandeja.
He de decir que hay obras como Dos nuevas ciencias de Galileo, Microscophía de Hooke, The sceptical chemist de Boyle o Los elementos de Lavoisier que merecen un sitio muy destacado también en nuestra historia, por eso no puedo terminar sin preguntar vuestra opinión. ¿Estáis de acuerdo con esta selección, añadiríais o quitaríais alguno de estos libros?
Fuente: http://www.ojocientifico.com
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